lunes, 12 de agosto de 2013

La opción de elegir

Seguro que nos acordamos de la Serie Sex and City. Entre las muchas escenas que esta mítica serie nos ha dejado, existe una que no se va de mi retina. Carrie, la protagonista, conoce a un chico interpretado por el cantante Jon Bon Jovi, en la sala del terapeuta cuando intenta tratar su relación anterior con Mr. Big.
Desde el primer encuentro, congenian, se gustan y deciden acostarse después de la segunda cita.
En la conversación de después, los dos se preguntan porque estaban yendo al terapeuta, mientras él contesta que pierde interés por las mujeres después de tener relaciones sexuales, Carrie mira al techo, suspira y autoculpándose afirma que ella siempre escoge al hombre equivocado. 



A veces uno, no puede escoger el trabajo que soñaría, la ciudad en la que le gustaría vivir, o lo que en ese momento desearía hacer.Pero si algo sí podemos, es escoger a la persona que formará parte de nuestra vida. Ésta ya te da suficientes reveses, cómo para que tu pareja sea una piedra más en el camino.  

Es importante que sintamos atracción hacia la otra persona, pero hay que saber que todo es relativo y que la belleza es efímera. Muchos estudios han demostrado que la química entre las personas tiene un tiempo de expiración de cuatro años, por tanto esto no es suficiente. 

Tenemos que intentar que la persona sea inteligente y divertida pero hasta esto es subjetivo, porque las personas tenemos diferentes formas de ver la vida y una manera distinta de considerar la inteligencia y el sentido del humor.

Por tanto, me quedo sin duda con el respeto. Qué poco lo apreciamos cuando lo tenemos y en cambio es el tesoro más deseado cuando sentimos falta de ello. 

Siento una gran admiración hacia Daniel Valdés, cuando escribió lo siguiente: 

"Sí, sé lo que quiero. Prefiero morir vicioso y feliz a vivir limpio y aburrido. Prefiero encontrar una estrella en el fango a cuatro diamantes sobre un cristal. Prefiero que la estrella queme, sea fuego, a un tacto rezumante de frialdad. Prefiero besar el duro suelo veinte veces para llegar una sola vez a lo más alto a escalar poco a poco, sin caer nunca pero sin llegar jamás a la cima. Prefiero que me duela a que me traspase, que me haga daño a que me ignore. Prefiero sentir. Prefiero una noche oscura y bella, sucia y hermosa, a un montón de días claros que no me digan nada. Prefiero una cadena a un bozal. Prefiero quedarme en la cama todo el día pensando en mi vida a levantarme para pensar en la de otros. Prefiero un gato a un perro. Porque el gato te araña, es infiel, te ignora, se escapa, pero sabes que, a pesar de todo, no podría vivir sin ti. En cambio, el perro es tonto, no sabe nada, te obedece hasta el absurdo. Prefiero las mujeres gato a las mujeres perro, por las mismas razones. Prefiero el mar a la montaña. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando que la arena se cuele entre los dedos de mis pies, embriagado de todo. Y la noche, siempre la noche. Nunca la luz del sol. La noche es mágica. Me hace vivir, no pensar. Me pone en movimiento. Rompe mis esquemas. Prefiero las noches frescas de verano, andar con poca ropa, sentarme en el suelo y meterme algo de vida en el cuerpo. La mañana me sabe a dolor de cabeza. Me da sueño. Me quita las ganas de hablar. Me recuerda que soy mortal. Me recuerda que soy normal. La noche me hace único. Prefiero experimentar las cosas, aunque me hagan mal. Aunque me hiervan la sangre. Prefiero probarlo todo a morirme sin saber lo que me gusta. Y, más que nada, prefiero la vida que dan sus besos de caramelo y la suave caricia de su piel caliente."


Este texto es una de las formas más bellas que he leído sobre una declaración de intenciones sobre la forma de vivir, pero no estoy de acuerdo en la parte que describe la opción de escoger al otro.
¿Qué sea infiel?¿Qué te ignore?¿Qué se escape? Todo el mundo desea que su pareja sea independiente, que sea admirable, pero para ello no es preciso que nos haga sufrir o sentirnos mal con nosotros mismos.

Estar con una persona que constantemente saca a relucir nuestros defectos y no intenta hacernos un hueco en su vida, puede provocarnos fácilmente una sensación de celos, vulnerabilidad o malestar. Esto a la larga, puede provocar que nos sintamos personas inseguras y que no sepamos afrontar las vicisitudes de la vida.

No me malinterpretéis, no quiero decir que las personas con parejas sepan afrontar los problemas mejor que los solteros, sólo que, si se decide dar el gran paso de estar con alguién, se debe saber muy bien a quién escoger. No tomarse al azar, debido a qué esta opción somos nosotros los únicos protagonistas.

No es obligatorio estar con alguién, porque nacemos y morimos solos. La soledad no debería ser tan temida. 

Alguién escribió una frase que a mi me gusta siempre aplicarla de forma contraria, detrás de una gran mujer, existe siempre un gran hombre.



3 comentarios:

  1. Muy bien dicho, bonita reflexión. Ya echaba de menos tus posts. No dejes de acompañarnos a través de tu blog! I love it ;-)

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  2. Muy guay! La soledad no debería estar tan temida... Besos desde Méx!

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  3. Roci¡¡ Me ha gustado mucho esta entrada... tienes razón, la declaración de intenciones de Daniel Valdés es preciosa...pero muy cuestionable...no todo es blanco o negro...
    María :)

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